Amaguaña, una parroquia rural de la provincia de Pichincha, Ecuador, se distingue por su diversidad natural, cultural y económica. Aunque su paisaje impresionante y su rica herencia cultural la hacen única, enfrenta desafíos ambientales, especialmente en la gestión de desechos. Para abordar estos problemas y promover la conservación ambiental, se propone la creación de una página web tipo blog. Esta plataforma ofrecerá información sobre los desafíos ambientales de la parroquia y proporcionará recursos prácticos para reducir la contaminación de desechos. A través de la participación activa de la comunidad y el acceso a información relevante, se busca promover un cambio positivo hacia la sostenibilidad y el desarrollo sostenible en Amaguaña.
"REPRESENTAMOS A LA UNIDAD EDUCATIVA FISCAL ATAHUALPA"
U.E.F.AAmaguaña, una parroquia rural del cantón Quito creada el 30 de mayo de 1861, significa "Nunca se Muere" o "Tierra de Vida" en quichua, reflejando sus abundantes vertientes de agua. Su historia se remonta a la época prehispánica, habitada por pueblos indígenas como los panzaleos, quitus, caras y uyumbichos.
La cultura de Amaguaña es diversa y rica, con una fuerte herencia indígena. Destaca la elaboración de textiles y cerámica, platos típicos como yahuarlocro, fritada y productos de maíz, y música folclórica y danzas en festivales. Sus prácticas sociales reflejan influencias culturales diversas, promoviendo convivencia y respeto por la diversidad.
Por los 163 años de parroquialización de Amaguaña, se celebró el 'Festival del Suro' con bandas de paz, bastoneras y grupos de danza. Este evento destaca la vitalidad de la comunidad ancestral de Amaguaña, un lugar significativo en Ecuador, solo superado por los carnavales de Ambato y Guaranda.
En Amaguaña, Ecuador, Cachaco era una piscina natural en las montañas, cuyas aguas bendecidas por espíritus en noches de luna llena otorgaban paz y bienestar, simbolizando la conexión entre los habitantes y la naturaleza, destacando la importancia de cuidar el medio ambiente.
Hace décadas en Amaguaña, Don Pascual, un humilde campesino, cavó un pozo en busca de agua para sus cultivos. Sin embargo, encontró algo mucho más valioso.
Al cavar un pozo en Amaguaña, Don Pascual encontró agua de manantial pura y cristalina. Sorprendido, él y su familia se sumergieron en sus aguas revitalizantes, sintiendo la energía de la tierra.
La noticia del pozo de agua mágica en Amaguaña se extendió, atrayendo a muchos. La piscina natural de Cachaco se convirtió en un refugio de sanación y renovación espiritual, visitada por quienes buscaban alivio y consuelo.
Isabela, una joven de espíritu libre y corazón valiente, exploró su tierra natal y llegó a la piscina natural de Cachaco. Sumergiéndose en sus aguas cristalinas, se sintió renovada por dentro y por fuera.
Mientras flotaba en las aguas de Cachaco, Isabela escuchó el susurro del viento y el canto de los pájaros. En ese momento, se sintió en comunión con la naturaleza y los seres vivos que amaban ese lugar especial.
Desde entonces, Cachaco se convirtió en un símbolo de esperanza y sanación para la gente de Amaguaña y más allá. Aunque su origen se desvanece en el tiempo, su legado perdura en quienes creen en la magia de la naturaleza y el poder de la fe.